martes, 3 de noviembre de 2015

¿Qué sacará Peña de la visita del Papa a México?



El Papa Francisco visitará México en febrero del 2016. El Pontífice me simpatiza, es inteligente, afable y, a su manera, un reformador de la Iglesia. Pero si visita nuestro país, cometerá un error; involuntariamente, se convertirá en un instrumento de la propaganda de Los Pinos.

Francisco es Jefe de Estado del Vaticano y, a la vez, cabeza del la Iglesia Romana. Su visita no es relevante porque el Vaticano sea un país poderoso y rico que piense invertir en México. El Papa es importante por su autoridad moral y espiritual sobre millones de católicos. No lo olvidemos, el catolicismo sigue siendo muy influyente en México. Además, gracias a su sencillez, Francisco goza de enorme prestigio en los medios de comunicación y en la población. Por si fuese poco, Francisco ha criticado duramente el capitalismo y ha impulsado la preocupación de la Iglesia por los pobres y los marginados.

Por su parte, el gobierno de Peña está urgido de legitimación; necesita remozar su maltrecha imagen. Es obvio que la visita papal le ofrece la posibilidad de recibir un espaldarazo del jefe de la Iglesia Católica. El equipo de comunicación de Peña sabe que a millones de mexicanos les emocionará ver a la Pareja Presidencial cerca del Papa.

Ciertamente, el Papa tuvo un desliz hace algunos meses. ¿Se acuerdan? Previno a Argentina contra el riesgo de  “mexicanizarse”, es decir, de llenarse de narcoviolencia. La Secretaria de Relaciones Exteriores puso el grito en el cielo. En México todo marcha bien. ¿Cómo se atreve el Pontífice a cuestionar la paz que reina en nuestro país? La diplomacia vaticana tomo nota del asunto.

Sería, en efecto, un duro golpe para Peña que durante su visita a México, Francisco cuestionara las estrategias que han propiciado la desigualdad económica y la inseguridad. ¿Se atreverá el Papa a poner el dedo en el renglón? Lo dudo; no es su papel como Jefe de Estado de visita oficial en un país extranjero.

Si el Papa Francisco cuestionara al gobierno mexicano, se metería en un grave problema diplomático. Pero si no lo critica abiertamente, su silencio será un “bendición” tácita al Presidente. El que calla, otorga. La maquinaría oficial capitalizaría la cordialidad del Papa hacia Peña; Los Pinos se beneficiarían de la popularidad de Francisco. Lamentablemente, algunos obispos mexicanos ven en la visita papal una oportunidad de codearse con la élite gobernante.  No serán ellos quienes prevengan al Papa.
Sapere aude!

@hzagal

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